martes, 16 de junio de 2009

The Kooks


Lo hice. ¡Pude estar con ellos! Apenas supe que The Kooks iba estar en el país, me emocioné muchísimo. Amo sus dos discos, todas sus canciones y a ellos también jejeje. Mi misión durante estos días era conocerlos. No sabía cómo iba hacerlo, pero lo que sí tenía claro era que no me podía dejar vencer. El plan era muy fácil: ir al Hotel Sheraton y actuar como si perteneciéremos. El día viernes, a las 10 de la noche, fui donde se hospedaban los chicos. Las simpáticas camareras me contaron que se habían ido a las 9 de la noche a comer y que estuvieron durante dos horas en el lobby bar, tomando tequila y cerveza(gastaron 220 mil pesos). "Guenos para tomar los cabros esos...¿De adónde son? Nos preguntaron numerosos meseros. No lo podía creer. Porqué no llegué un rato antes, hubiera estado carreteando con ellos. Lo único interesante que pasó esa noche, fue que logré reconocer a los guardaespaldas y que me hice amiga de Víctor, un camarero del bar. Decidimos dar algunas vueltas a Bellavista, por si los pillábamos, pero no los encontramos.

Al día siguiente, me desperté un poco chata. No sabía si ir nuevamente al hotel o si valdría la pena. Tras las continuas palabras de mi vieja y amigas, decidí ir y tratar nuevamente. Llegamos con ánimo y con pensamientos positivos. Íbamos a estar con ellos sí o sí. La gente del hotel nos contaba que no los habían visto hoy. Otras chicas también estaban en la busca, pero fueron muy obvias y las echaron del recinto. Inesperadamente, mientras me tomaba mi Sprite Zero de dos mil pesos, Hugh (guitarrista de la banda) sale del ascensor hacia la terraza, donde yo estaba. Los nervios me comieron y lo único que se me ocurrió decirle fue "Hey Hugh" el me respondió "Hi" con un voz suave y simpaticona, pero no se detuvo, se fue al restaurante. Me estaba lamentando, por no haber hablado más, cuando en el reflejo del ventanal veo a un chico muy guapo y le dije a mis amigas "Ahí está Luke es él, es él”. Ellas, que estaban al frente del señor ya mencionado, no lo reconocieron. Se sentó junto a Hugh y tomaron mucho jugo y agua... creo que estaban con caña. Lo que a mis amigas y a mí nos extraño, es que Luke miraba todo el rato a nuestra mesa, estaba interesado. Yo también lo miraba, hubo mucho contacto visual. Cuando se pararon de la mesa, pensé que iba ser mi oportunidad, pero no lo fue. Ellos pasaron de largo y yo no me di vuelta para hablarles. ¡me quería morir! Mientras pensaba en pararme para saludarlos, algunas fanáticas salieron corriendo y las echaron del hotel. Los miré mientras subían a su pieza. Pensé: “no puede ser, cómo tan tonta”. Nos dimos cuenta que nos debíamos quedar en el hotel, ya que obviamente tendrían que salir para hacer el sound check.

Mientras seguíamos tomando nuestra bebida, Víctor nos cuenta que la persona sentada en la mesa siguiente está con la banda. Efectivamente, este chico con todo el estilo londinense, mejor conocido como “Sparky”, era el organizador de la gira. Nadie se atrevía hablarle, así que me acerqué a su mesa y le pregunté si estaba con el grupo y él respondió que sí. Como ya no tenía nada que decirle, me fui a mi sector. Inesperadamente Simon o Sparky dice: “¿Hey girls do you have tickets for the show?”. Una de nosotras no tenía y él dijo: “las pondré en el guest list de The Kooks”. No lo podíamos creer, íbamos estar en la lista de invitados de la banda. Simon se reía mientras le deletreábamos nuestros nombres. Nos sentamos junto a él durante mucho rato y conversamos sobre Chile, Londres y el clima. Nos mostró el itinerario de la banda y nos contó que habían salido la noche anterior. Minutos después llegó Robert, el guardaespaldas del día viernes. Se sentó junto a nosotras y nos contó que había ido junto a Paul al mercado central y que le había encantado. Entre risas, les pude entender que los chicos iban a bajar ahora, porque tenían que ir a la prueba de sonido. Le pregunté a Simon si es que nos podíamos sacar una foto con los chicos y él dijo que creía que sí. De repente llega Paul. Guapo total, con un abrigo negro, el cuello arriba y una gran sonrisa. Luego todos empezaron a bajar. Les preguntamos si nos podíamos a sacar una fotito y dijeron que sí. Pocas palabras conversamos, pero por lo menos estuve en palco gracias a la cortesía de The Kooks.